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Herramientas Claves para Manejar las Crisis

Manejar las Crisis

Las crisis son momentos críticos de tensión y transición que afectan las partes: espiritual, mental, emocional y física de todo ser humano y ocurren principalmente porque aparece un problema para el cual no se está preparado(a) en estas cuatro áreas. Y es en estos momentos donde las crisis muestran su cara más aguda, dejando ver muchas veces por medio de pruebas dolorosas y radicales la necesidad de cambiar los paradigmas o modelos conscientes e inconscientes que todos tenemos.

Las crisis afectan la vida de todo hombre de variadas maneras: desde un cambio de trabajo o de mentalidad para trabajar como le ocurre a un empleado que se ve forzado mediante la necesidad a cambiar de actividad económica y comenzar un negocio propio, así como terminar una relación sentimental que se creía buena pero que era más el perjuicio que causaba que el beneficio, viajar a otro país para establecerse y buscar mejores horizontes, perder a un ser querido, enfrentar una enfermedad dolorosa o terminal, enfrentarse a lo desconocido o a la incertidumbre, cambiar de modo de vida radicalmente, especialmente cuando por prescripción médica se debe hacerlo, cuando nunca antes se pensó que ocurriría, encontrarse de repente en medio de una guerra, terminar amistades que no beneficiaban, etc.

Y así ocurren eventos en nuestra vida que obligan bien sea a modelar nuestros paradigmas o formas de pensar y actuar habitualmente o a cambiarlas radicalmente. Y muchas veces los hechos obligan a adaptarse en el menor tiempo posible o de lo contrario las pérdidas o las consecuencias pueden ser aún mayores o hasta definitivas y devastadoras.

Lo cierto es que ante las crisis existen dos factores que las condicionan de manera antagónica y son por un lado la Resistencia al Cambio y por otra parte la Adaptabilidad.

En cuanto a la Resistencia al Cambio se refiere, diremos enfáticamente que es la tendencia innata en el ser humano a perpetuar sus hábitos de vida buenos o malos, y a continuar viviendo según lo acostumbrado, y a impedir o resistir cualquier cambio que atente o modifique su modelo de vida, especialmente en la medida en que estos cambios obliguen a cambiar las formas de pensar y actuar de forma agresiva y radical. Cabe decir que la Resistencia al Cambio es un tipo de pensamiento, emoción y comportamiento centrada en el dolor por aferrarse desesperadamente a lo conocido.

La Adaptabilidad por otro lado sugiere un modelo totalmente contrario al apego de lo conocido como ocurre con la Resistencia al Cambio, aunque para llegar a ella el proceso puede ser gradual. En la medida en que el evento que se presenta no sea tan drástico que obligue en tiempo récord a cambiar las formas de pensar y actuar.

Uno de los puntos más difíciles cuando se enfrentan las crisis está en el manejo de las emociones pues los sentimientos especialmente de apego y dolor, y miedo a lo desconocido se instalan de una manera tal en el subconsciente de las personas que hacen difícil ver una salida al problema o problemas actuales.

Y aunque este punto crítico toma por sorpresa a la mayoría de personas en el mundo, existen personas fuera de lo común y líderes que emplean como estrategia el prepararse y anticipar los cambios del futuro mediante el entrenamiento continuo en Desarrollo Humano y Superación, esto incluirá una vida espiritual activa y una dieta mental constante con recursos de Superación y Autoayuda para flexibilizar los modelos de pensamiento que se tienen y que no permiten tomar las ventajas que ofrecen los cambios constantes suaves o fuertes que trae la vida.

La salud física y su entrenamiento también juegan un papel fundamental en la actitud ante los cambios que trae la vida y ante los cuales nadie está exento. Por ejemplo, una persona que practica una actividad física regular libera habitualmente en su cuerpo las hormonas del bienestar «beta-endorfinas» que llevan un mensaje de tranquilidad y optimismo a las células del cuerpo, mientras que las personas sedentarias o indiferentes al ejercicio físico liberan mayoritariamente «catecolaminas» que son las hormonas del estrés y la obesidad cuyo efecto prolongado dispone al organismo para verdaderas catástrofes internas que pueden ir desde una baja de tensión y desmayo, enfermedades cardiovasculares, hasta un infarto agudo o paro cardiaco.

En este sentido las crisis son como termómetros generales que miden y ponen a prueba el estado general del ser humano ante los cambios y según su intensidad o gravedad califican con ganancias integrales o con pérdidas catastróficas a cada uno de sus alumnos.

Es conocido también para muchos que la palabra crisis involucra según la sabiduría oriental dos palabras claves que son riesgo y oportunidad en donde como hemos analizado frente al riesgo actúa la Resistencia al Cambio por el miedo a lo desconocido y la Adaptabilidad frente a la oportunidad.

Aunque los eventos que condicionan las crisis pueden ser muchas veces intempestivos, para un espíritu y una mente entrenados la posibilidad de elección siempre existe y ahí es cuando podemos hablar de reconocer la oportunidad para apropiarse de ella y crecer. En cambio no será igual para quienes no anticipan los cambios y son tomados de sorpresa por ellos, resultando esto en un total desconcierto ante las circunstancias que ocurren y la generación de reacciones fulminantes psíquicas y orgánicas que van desde la apatía y el desinterés total hasta los quebrantos de salud temporales o definitivos.

Una de las reacciones más comunes, perjudiciales y peligrosas de las personas ante las crisis, especialmente en el aspecto económico es que cuando viene una crisis aguda en la economía de su país se aferran desesperadamente a las viejas ideas de ganar el dinero y llenos de miedo evitan incursionar en las nuevas formas de crecer económicamente como los negocios en línea, los multiniveles promocionados por compañías serias, el colocar un nuevo negocio, etc. En cambio esperan que otros se hagan cargo de la situación y les cambie la vida como: el gobierno, el jefe, el trabajo tradicional, la familia, las loterías, etc.

Esta actitud crónica de muchas personas implica que se necesita desarrollar el cerebro y entrenarlo para los cambios, porque sólo un cerebro entrenado está preparado para sacar el mejor partido de una crisis, cualquiera que sea: personal, familiar, laboral o social.

En otro orden de ideas hay personas que enfrentan las crisis con otras dos actitudes y modelos de pensamiento equivocados. Unos optan por la pasividad y la resignación y otros por las fantasías sin actuar para cambiar su entorno y sus resultados.

Quienes optan por la pasividad y la resignación lo hacen porque por su temperamento no son muy inclinados a luchar y cambiar las circunstancias que los rodean, pero también este comportamiento y esta actitud ante la vida ponen de manifiesto una baja autoestima que gobierna sus acciones desmeritando cualquier iniciativa que quieran tomar y buscando por otra parte la aprobación de los demás que pueden andar tan o más perdidos que ellos mismos.

Los que se aferran a las fantasías y no actúan, son otro perfil de individuos que sueñan con una situación ideal de prosperidad personal, familiar, laboral o social, pero como no están dispuestos a poner la acción ni el trabajo para cambiar los hechos, se recuestan en una ficción mental donde guardan una débil esperanza de que algún día las cosas cambiarán. Por supuesto que ese día tan anhelado nunca llega porque su programación mental no es coherente con su deseo.

Haciendo una crítica social objetiva, las personas no han sido preparadas para enfrentar las crisis con mejoras en su actitud que es la manera eficaz de cómo deben actuar ante un problema que se presente en su vida, lo cual afecta su autoestima y si en cambio han sido formados para enfrentar los problemas y los retos del cambio con mejoras en su aptitud que es el conocimiento técnico para solucionar situaciones laborales, lo cual hace que inviertan cada vez más en la Educación Tradicional para obtener diplomas y títulos, y descuiden la Educación Práctica que no está disponible en los centros educativos comunes y que es la única que puede permitirles manejar los problemas con empoderamiento y asertividad.

Y aunque la Educación Tradicional puede permitir manejar mejor los problemas laborales con nuevos conocimientos técnicos, no es integral y queda anulada ante una cascada de problemas que pueden afectar la vida desde varios ángulos en momentos de crisis donde al presentarse un problema serio en un área de la vida como la personal, se afectan como por un efecto domino las demás, como la familiar, laboral y social.

Otra situación muy delicada que se presenta comúnmente en la actitud de las personas para resolver o tratar las crisis es que emplean el manejo correctivo para solucionar los retos y problemas, en lugar de emplear el manejo preventivo.

El manejo correctivo no es otra cosa que tomar la acción más indicada posible cuando llegan los problemas de la vida, con el agravante de que no siempre se acierta en el resultado y pueden presentarse más inconvenientes de los que se tenían inicialmente. Pero lo más triste de esta manera de pensar y actuar es que opera como un efecto de rebote, en donde la persona actúa sólo si el problema o la situación difícil la presiona para moverse y actuar.

De esta manera piensa el 95% de la población del mundo que se encuentra muy lejos de tener una vida de éxito.

En cambio el manejo preventivo consiste en anticiparse a los cambios que se puedan presentar y estar preparados para actuar antes de que el cambio acontezca y los problemas sorprendan y generen una crisis. Y este es el método y la forma de pensar y actuar de los líder

es que marcan el paso en los diferentes campos de acción humanos.

Por último existe otra categoría con la cual las personas tratan de manejar los problemas que se les presentan y se conoce como el manejo evasivo que es el más peligroso de los tres métodos para enfrentar las crisis. Y en este caen muchas personas que no ven los medios para solucionar las crisis y por lo tanto toman el camino más fácil que es reaccionar emocionalmente ante los problemas anulándose a sí mismas y buscar escapes desesperados que los saquen de la realidad que viven y caen en: la depresión, los vicios como el alcohol, el tabaco, las drogas, la promiscuidad, el sadomasoquismo, los agüeros y fetichismos, etc. Y algunos atentarán finalmente contra su propia vida o la de otros si es necesario.

Miremos entonces según estos problemas que aquejan a tantas personas el mundo  una serie  de Herramientas Claves para Manejar las Crisis:

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