La Suerte y el Éxito
Para muchas personas la suerte y el éxito hacen parte de una misma naturaleza de acontecimientos favorables o eventos apropiados hacia el logro de unas metas o de un estilo de vida.
Para otras en cambio la suerte y el éxito son dos términos diferentes pues en el primero prima el azar y en el segundo en cambio está la programación consciente, la preparación y la experiencia como factores preponderantes para lograrlo.
La suerte se entiende para una gran mayoría de personas como la sucesión de eventos favorables no planeados ni controlados para obtener una meta o conservar determinado estilo de vida.
Mira el siguiente video:
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Especialmente en lo que tiene que ver con el campo económico. Sin embargo la suerte vista desde esta clase de definición involucra también el obtener eventos favorables en los distintos campos de la vida: personal, familiar, social y en todas las interacciones con el universo en el día a día.
El éxito en cambio se entiende para una minoría como la sucesión de eventos favorables que han sido planeados conscientemente y controlados hasta cierto punto por una mente entrenada que ha pensado en ellos y los ha creado y vivido mucho antes de que se hubieran producido en el mundo material.
Si bien es cierto que la mente humana puede influir en la creación de eventos favorables, eso no significa que pueda controlarlo todo o que todo depende de ella como se puede observar en los acontecimientos diarios donde muchas veces las cosas o los hechos toman giros inesperados que desconciertan hasta al mejor de los optimistas.
Es decir el azar hace parte de un orden esperado de acontecimientos pues hay que tener en cuenta que el universo real tiene infinitas interacciones materiales e inmateriales que no podemos cuantificar y ver en su inmensa mayoría, dado que la parte consciente de la mente humana sólo puede atender hasta siete variables o trozos de información que ocurran alrededor en imágenes, sonidos, olores, sabores y texturas.
Esto quiere decir que si vemos el éxito como una sucesión de eventos favorables y planeados, ese orden de circunstancias que lo facilitan están inmersas en un mar de eventos externos a ese propósito y que muchas veces se cruzan en el camino dificultando el desarrollo esperado de acontecimientos. Y es ahí donde el azar y el factor suerte entran y facilitan la obtención de objetivos en pequeña o gran medida.
También se presenta muchas veces en la vida el caso contrario donde el azar facilita medios y propicia situaciones favorables a alguien que no está preparado para aprovechar un evento favorable y convertirlo en oportunidad, que es el caso ampliamente mencionado en el mundo de la Superación Personal en el cual se afirma que la suerte se produce cuando se juntan la preparación y la oportunidad.
¿Diremos entonces que la suerte y el éxito son uno o son diferentes? y la respuesta según nuestra experiencia es que hacen parte de una misma naturaleza de acontecimientos y eventos universales generales, pero no son uno ni tampoco son diferentes. Ambos interactúan de manera causal y casual dentro de un mismo orden universal de eventos infinitos.
¿Y por qué ocurre esto? ¿no se supone que el hombre según muchos teóricos que hablan del éxito es el artífice de su propio destino y no debe depender de circunstancias fortuitas? y la respuesta según un criterio físico afirma que «el hombre forma parte de la naturaleza pero no está por encima de ella». Es decir no por el hecho de tener en claro una meta o un propósito podemos sustraernos a lo que nos afecta a nuestros alrededor y que muchas veces retarda nuestros planes y otras veces los acelera.
Con esta nueva definición de suerte y éxito sigue siendo válido el hecho de enfocarse mental y emocionalmente hacia una meta determinada y mejor aún hacia una finalidad en la vida, visto esto último como una meta mucho mayor que involucre metas intermedias pero a la cual nunca se llega en su totalidad. Y así tanto el azar o la suerte como la programación mental trabajarán en conjunto para producir mayor sincronía de eventos favorables.
En cuanto a la interpretación de la suerte y el éxito existen tres tendencias o categorías bien marcadas en las personas de acuerdo con su nivel racional:
Las personas altamente racionales potenciadas por el sistema educativo tradicional que han desarrollado más el hemisferio izquierdo del cerebro centrado en la lógica y los argumentos que tienden a creer poco en la suerte o a negarla. Y creen que nada puede ocurrir afuera de ellos que no pase primero por su interpretación consciente de los hechos.
Las personas poco racionales y más intuitivas con poca educación formal y mayor desarrollo del hemisferio derecho del cerebro que tienden a creer más en el azar y la suerte que en su proyección de los acontecimientos que necesitan para lograr aquello que desean. De este tipo de mentalidad están los mayores compradores de loterías y adictos a los juegos de azar, esperando que algún día todo cambie en sus vidas por arte del destino pero con una baja creencia en que ellos realmente pueden lograr resultados diferentes sin depender totalmente del azar.
En esta categoría también entran aquellos adictos a la suerte pero de una manera patológica buscando encantadores, baños medicinales, astrólogos, esoterismo, magia, amuletos, agüeros y fetichismos, etc.
Finalmente hay una tercera categoría que es una mezcla de las dos anteriores donde están las personas que no son tan racionales pero a la vez tampoco son demasiado creyentes en la suerte o el azar, sin embargo aunque no entienden muy bien cómo es que puede ocurrir al tiempo la ocurrencia de eventos favorables producidos por la suerte y unas metas definidas confían en que aquello puede suceder, más no se sientan a esperar que todo ocurra algún día como los de la segunda categoría y tampoco pretenden que todo sucederá únicamente porque ellos lo creen como los de la primera.
En suma los de la tercera categoría son los que tienen las mejores opciones para obtener los resultados que esperan porque toman parte activa tanto mental, emocional y física para hacer sus sueños realidad. Pero a la vez no se interponen con un excesivo racionalismo a que no se produzcan coincidencias fortuitas para ayudarlos a avanzar más rápido hacia aquello que buscan y desean.
De acuerdo con lo expuesto anteriormente miremos entonces algunos consejos útiles para establecer una alianza estratégica entre suerte y éxito:
- Como humanos formamos parte de la naturaleza no estamos por encima de ella y hacemos parte del universo de forma que aunque cada quien tiene su forma de percibirlo nadie puede controlar el número y la clase de eventos que sucederán para llegar a una meta.
- El cerebro humano debe operar de forma integral, no podemos ser demasiado racionales para tratar de gobernarlo todo ni demasiado apegados al azar y los sucesos que no podemos controlar.
- Lo mejor es sin duda estar preparados para reconocer la oportunidad cuando esta se presenta y eso significa tener claro y definido que es lo que buscamos antes de entrar a actuar en el universo físico. También es necesario practicar las destrezas necesarias a nuestro alcance para entrar en acción cuando llega el momento. Sin la unión de estas dos condiciones las oportunidades se van y no regresan.
- Todos los días el azar hará su parte en nuestras vidas unas veces favorable y otras no tanto. Y es ahí donde la actitud y el pensamiento orientado hacia las metas marcarán la diferencia. Aunque no siempre es fácil hacerlo hay que entrenar la mente para estar atentos a las luces del camino en medio del caos y para esto los recursos espirituales y los de Autoayuda y Superación son el mejor alimento para lograrlo.
- Cuando aparezca una oportunidad para la cual no se está preparado(a) por efecto del azar, lo mejor es actuar como si se pudiera aprovecharla y hacer uso de toda la experiencia que se tenga para no dejarla ir. Sin embargo si se pierde como pasa con alguna frecuencia es bueno hacer un análisis detallado de los sucesos que ocurrieron y aceptar los errores que se cometieron y aprovecharlos creando las nuevas soluciones para aplicarlas más adelante en una situación similar.
- La prueba de que el azar y la suerte funcionan está en que algunas personas corrientes e incluso millonarios ganan sorteos de lotería y lo hacen de una manera desprevenida porque su actitud es de desapego y no dependen de ello; e increíblemente hay unos que ni siquiera recuerdan que compraron un billete, esto pone en movimiento las fuerzas universales del azar y la suerte a su favor y el milagro sucede.
- Mantén una actitud abierta entre tus propósitos, metas y los sucesos que ocurran para llegar a ellos buenos y malos. Y especialmente utiliza aquellos que no esperabas o no te motivan para aumentar tu convicción interior de que las cosas van de una u otra forma por buen camino hacia la meta.
- De vez en cuando participa en eventos donde esté involucrado el azar. Esto puede ser comprar un tiquete de lotería virtual o físico, participar en rifas, bingos, etc. Todo dentro del marco legal y especialmente si eres una de aquellas personas que piensa que puede controlar todo y que nada pasa en el universo si antes primero no pasa por tu imaginación.
- Cuando se trata de utilizar la suerte no se deben establecer periodos de tiempo y obligarse mentalmente a que el evento debe ocurrir en un determinado momento.Una de las mejores formas de utilizar el azar y la suerte es practicar el desapego a la vez que se establece la meta. Dicho de otra manera «enamórate del evento mas no del momento«.
- Si no utilizas el poder del azar y la suerte de una forma organizada en tu vida te estarás perdiendo de un sinnúmero de eventos y premios de un universo rico en posibilidades que te pueden beneficiar en cualquier momento.
- Hoy haremos algo diferente en los recursos recomendados y es brindarte la posibilidad de que escojas participar en un sorteo de lotería de las mejores del mundo. Con el fin específico de que le permitas al universo dar su cuota de colaboración a tu éxito, no porque dependas de esto sino porque pueden haber premios para tí que no tenías planeados ni presupuestados y que hacen parte de todos los eventos universales que no conoces y que no puedes controlar.
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